¿Por qué se cerró uno de los competidores de Netflix y Disney+?

Imaginen ser el inversor al cual se le aproxima Jeffrey Katzenberg (el antiguo CEO de Walt Disney que los salvó de la bancarrota en los 90’ y cofundador de Dreamworks) para financiar un nuevo emprendimiento que se postulará como uno de los principales competidores de Netflix y Disney Plus en el mundo del streaming. Suena una oportunidad única que no podría desperdiciarse bajo ningún motivo. Eso mismo pensaron todos los inversionistas de Quibi, la plataforma fundada y lanzada al público por Katzenberg en abril de 2020. Una gran campaña publicitaria con una baraja de shows exclusivos creados por algunos de los directores y actores más famosos de Hollywood le dieron luz a este proyecto.

En el papel, Quibi tenía todos los ingredientes para el éxito, series exclusivas creadas por algunos de los productores más cotizados, el respaldo de Katzenberg como fundador, junto con toda la experiencia que tuvo en la industria del entretenimiento, y un robusto capital inicial de 2 mil millones de dólares.

Y, sin embargo, su lanzamiento venia cargado de fracaso, en su apogeo obtuvieron 1,5 millones de suscriptores, a comparación de los 55 millones de Disney Plus, que fue lanzada solo 6 meses antes. Y, el 21 de octubre de 2020, seis meses después de su lanzamiento, se reportó que la plataforma se cerraría y todo el músculo detrás de la empresa se iba a dedicar a otros proyectos.t.

 

Una Start Up se enfrenta a la incertidumbre

Se puede aprender más de lo que se cree de este tipo de historias, en las que parecen estar presentes todos los ingredientes necesarios para el éxito de una Start Up. Sin importar si una empresa inicia con un capital menor, o si entró al juego con un capital de 2 mil millones de dólares, como Quibi, son calificadas bajo la categoría de “Start Up”.

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Una Start Up es una institución humana diseñada para crear un nuevo producto o servicio bajo condiciones de incertidumbre extrema.  

Lo anterior significa que una Start Up puede iniciar con un par de genios en un garaje o también ser creado por un veterano de la industria como Katzenberg. El objetivo de Quibi era entrar a la competitiva industria del streaming, un mercado en constante fluctuación e innovación por lo reciente que es, lleno de incertidumbre y Quibi, sin duda alguna, planteaba un nuevo enfoque en este tipo de servicios, como se explicará más adelante.

¿Cuál fue el error?

Al dejar claro que Quibi se puede estudiar como una Start Up, creemos que existe una valiosa lección a analizar sobre por qué Quibi falló en capturar a su clientela de destino, bajo la luz del “método lean”.

Recuérdese que el Método Lean es una manera eficaz que tienen a su disposición los Start Up, diseñado para optimizar la conceptualización y desarrollo de nuevas ideas y productos, en un marco ágil y flexible. Este método se fundamenta en principios de mejora continua y de respeto por el público al que va dirigido el producto o servicio.

El objetivo del Método Lean es eliminar todo aquello que no genera valor agregado para el cliente. Por ello, la empresa debe enfocarse en optimizar su propia estructura y sus desarrollos en definir qué quiere su público, de modo que, sobre la marcha, la empresa pueda modificar su estructura para mejorar progresivamente el producto y poder entregar algo que sea deseado. Porque si su producto o servicio es excelente en concepto, es técnicamente inmaculado, pero nadie desea adquirirlo, entonces todo ese esfuerzo se desperdició.

Volviendo a Quibi y a las valiosas lecciones que nos proporciona, debemos enfocarnos en su fundador: Jeffrey Katzenberg. Con sus más de 40 años de trayectoria trabajando en Disney y en Dreamworks, no podemos decir que fuera inexperto en el mundo del entretenimiento. Claramente tiene gran experiencia en encontrar el talento adecuado con el cual trabajar y en obtener financiamiento, pues obtuvo financiación de múltiples compañías que confiaron en su talento para dirigir este nuevo emprendimiento.

Quibi decidió enfocar sus esfuerzos en atraer consumidores jóvenes, versados en tecnología, que consumieran el contenido en su teléfono. Para ello, decidió crear contenido especialmente diseñado para ser visto en el móvil y transmitir shows que iban a consistir en pequeños episodios para ser vistos en cortos lapsos de alrededor de 10 minutos. Es un modelo bastante similar al de la popular plataforma de Tik Tok, solo que en lugar de que sean los propios usuarios los que generen contenido, la plataforma alojaría programas de alta calidad, con producción al nivel de los grandes estudios, originada en celebridades y productoras de programación.

Pero, en lugar de permitir que su producto madurara y creciera junto a su audiencia, como lo sugiere el Método Lean, pareciera que el enfoque era hacerlo crecer a pesar de ella: paradójicamente, Quibi no permitía que sus usuarios compartieran contenido en medios sociales (pese a que este es tradicionalmente uno de los medios por los cuales la gente se entera de nuevos shows y aplicaciones), tampoco permitía que la gente viera su programación en otros medios diferentes al celular, ni tampoco permitía que la gente hiciera casting de los programas desde el celular a un Smart TV, además, para ser una aplicación que buscaba aprovechar al máximo las personas que disfrutan la manera rápida y eficaz en que la gente usa el Internet, tampoco incluía elementos típicos de plataformas como Instagram o Tik Tok, como comentarios, “me gusta” o integraciones con redes sociales.

Pese a múltiples solicitudes de sus suscriptores para que se incluyeran este tipo de características a la aplicación, Quibi fue férreo en su decisión de restringir la manera en como sus usuarios podían disfrutar su servicio. Solo después de varios meses la plataforma cedió y aceptó incluir algunas de estas opciones, pero fue demasiado tarde. Los suscriptores de la aplicación bajaron dramáticamente en una época en la cual se suponía que la gente estaba encerrada en sus casas, buscando contenido y programación para disfrutar.

Es altamente ilustrativo observar como Quibi se rehusaba a adaptar su plataforma a las necesidades y solicitudes de sus clientes. Tenían fe en que su producto por sí solo iba a amasar la gran cantidad de suscriptores que necesitaban para permanecer a flote. Y, pese a que fueron un éxito en alcanzar rondas de financiación con sus inversionistas, finalmente no pudieron entregar un servicio que atrajera a su clientela objetivo. El Método Lean, famosamente utilizado por manufacturadores como Toyota y por emprendimientos como Dropbox y otros Start Up de Silicon Valley no desperdicia la información recolectada de la base de datos más importante: la de sus clientes y suscriptores, a través de una retroalimentación efectiva y una organización de la empresa planteada con miras a la eficiencia y a la generación de mejora constante, consideramos que se pueden obtener mejores resultados en cuanto al éxito de un Start Up como Quibi o cualquier otro.

No se puede olvidar que el Métolo Lean, aplicado a las Start Ups, requiere de una adecuada organización de la empresa. No basta con tener una gran idea, si la dinámica de la compañía no permite acoplarse a los vertiginosos cambios del mercado y de las necesidades del mundo. Por esto se deben tener claros aspectos como el manejo de bases de datos, las responsabilidades laborales y mercantiles que debe cumplir, los mecanismos de los que dispone la empresa para financiarse y el acompañamiento jurídico que requiere para permitirse enfocarse en sus clientes y en su objeto social.

Si le ha gustado este contenido lo invitamos a compartirlo y dar sus opiniones al respecto, no olvide que todo inicio infiere un gran riesgo, pero con la asesoría adecuada es más fácil sortear los baches que trae enfrentar un mercado tan cambiante.